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¿Cómo se manifiesta el enojo según las edades?

  1. La forma en que el enojo se manifiesta puede variar según la edad de la persona, ya que la expresión y la gestión de las emociones evolucionan a lo largo de la vida. Aquí hay una descripción general de cómo se manifiesta el enojo en diferentes edades:

    Infancia:
    Los bebés pueden manifestar el enojo llorando, pataleando o agitando los brazos y las piernas.
    Los niños pequeños a menudo muestran el enojo a través de rabietas, gritos, lanzamiento de objetos o golpes.
    Pueden tener dificultades para expresar sus sentimientos verbalmente y pueden depender de la comunicación no verbal.

    Niñez: 
    A medida que los niños crecen, pueden expresar el enojo de manera más verbal, utilizando palabras para expresar su frustración.
    Pueden tener dificultades para controlar sus emociones y pueden tener arrebatos de ira más intensos.
    Algunos niños pueden reprimir sus emociones de enojo y ser más pasivos-agresivos.

    Adolescencia:
    Los adolescentes tienden a tener una mayor capacidad para expresar el enojo verbalmente y pueden discutir sus frustraciones con los demás.
    Pueden volverse más conscientes de las consecuencias de expresar su enojo de manera destructiva y pueden buscar formas más constructivas de lidiar con él, como escribir en un diario o hablar con un amigo cercano.
    Sin embargo, los adolescentes también pueden ser propensos a explosiones emocionales y comportamientos impulsivos.

    La manera natural de expresar el enfado y la rabia consiste en responder de forma agresiva. Es la respuesta intuitiva ante la percepción de amenazas físicas o verbales. 


    Sin embargo, responder agresivamente a cada situación de amenaza no es sano ni seguro.  Por lo tanto, es importante enseñar a los niños, desde pequeños, formas saludables de controlar su ira.

    Nos enfocaremos en la Primera Infancia:

    En la primera infancia, los niños comienzan a adquirir la capacidad de reprimir los impulsos de agresión física (como empujar, golpear, pellizcar, morder, gritar, etc.) cuando están enfadados. Sin embargo, es frecuente que los niños recurran a conductas de violencia física (arrojan juguetes, empujan o golpean a sus padres o compañeros). 

    A medida que crecen, los niños adquieren habilidades lingüísticas más complejas y empiezan a desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Adquieren empatía y llegan a comprender mejor el efecto de sus actos y palabras en los demás . Con los años, ya deberían saber expresar su enojo con palabras y no físicamente. Sin embargo, los niños con dificultades para hablar o para dominar sus impulsos suelen luchar para controlar sus sentimientos de enojo y pueden responder usando la fuerza física, los gritos o negándose a obedecer las normas escolares o familiares.

    El control de la ira en la primera infancia puede ser un desafío, ya que los niños pequeños aún están desarrollando sus habilidades emocionales y de autorregulación. Aquí tienes algunas técnicas que los padres y cuidadores pueden utilizar para ayudar a los niños pequeños a manejar la ira de manera más efectiva.

    Enseñar la identificación emocional:
    Ayuda al niño a identificar y etiquetar sus emociones. Utiliza palabras simples para describir cómo se siente, como "Estás enojado" o "Te sientes frustrado".
    Usa libros ilustrados o juegos que muestren diferentes emociones para enseñarles a reconocerlas.

    Fomentar la comunicación:
    Anima al niño a hablar sobre lo que le está molestando. Escucha activamente y muestra empatía hacia sus sentimientos.
    Alienta a expresar sus emociones de manera apropiada en lugar de reprimirlas.

    Modelar el comportamiento adecuado:
    Los niños pequeños tienden a imitar el comportamiento de los adultos, así que asegúrate de modelar la calma y la resolución de conflictos de manera constructiva.
    Evita reacciones impulsivas o agresivas cuando estés molesto.

    Establecer límites claros:
    Establece límites y expectativas claras para el comportamiento. Los niños pequeños pueden sentirse más seguros cuando saben lo que se espera de ellos.
    Utiliza reglas simples y consistentes.

    Enseñar estrategias de autorregulación:
    Enséñale al niño técnicas de autorregulación como la respiración profunda o contar hasta diez cuando se sienta enojado.
    Puedes usar juegos de rol para practicar estas técnicas juntos.

    Ofrecer alternativas:
    Ayuda al niño a identificar formas alternativas de expresar su enojo, como golpear una almohada, aplastar una pelota de estrés o dibujar lo que sienten.
    Proporciona opciones de actividad que les permitan liberar su energía de manera saludable.

    Refuerzo positivo:
    Elogia y refuerza positivamente el buen comportamiento y la resolución de conflictos adecuada. Esto motivará al niño a controlar su ira de manera más efectiva.

    Tiempo de tranquilidad:
    Cuando un niño está muy enojado o fuera de control, puedes ofrecer un tiempo de tranquilidad en un lugar seguro y tranquilo para que se calme antes de hablar sobre lo que sucedió.

    Buscar ayuda profesional:
    Si la ira del niño es persistente o intensa y está afectando significativamente su vida y relaciones, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental o un terapeuta infantil.

    Recuerda que la paciencia y la consistencia son clave cuando se trabaja en el control de la ira en la primera infancia. Cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro, así que es importante adaptar las estrategias según las necesidades individuales de cada niño.

    Existen cuentos cuento para reflexionar conjuntamente, los cuales pueden llevar al imaginario de profundizar las experiencias a través del relato externo. 

1. ¿No hay nadie enfadado? Toon Tellegen 

Doce cuentos sobre enfados protagonizados por animales.  Un elefante que se reprocha a sí mismo su empeño en trepar a los árboles; una lombriz y un escarabajo que compiten por demostrar quién está más enfadado; un cerdo hormiguero que debe permanecer boca abajo para conservar su buen humor; un bogavante que trata de vender enfados a un ingenuo ratón, etc.

Un excelente material para reconocer el enfado y las consecuencias de no controlar las emociones. Un relato construído de pequeños relatos.



2. La cola del dragón. Mireia Canals.

A Javier, el pequeño protagonista, le crece una cola de dragón cuando siente rabia.  Todos tenemos un mal día, que en el caso de Javier empieza con el no de su madre de comprarle más gomas, el juego de moda del momento. Y empieza a sentir la fastidiosa rabia, que hace que le salga una larga y verde cola de dragón. Y es cuando explotas y empiezas a dar golpes con los pies y las manos. Es tanta la rabia de Javier, que cuando abre los ojos se da cuenta que se encuentra en una habitación oscura y fría en donde advierte de todos los juguetes que ha roto cuando apareció su enorme cola de dragón.

Este libro trabaja las consecuencias del autocontrol, la rabia es una emoción fuerte que si no controlamos tiene unas consecuencias nefastas a través de la mirada de Javier veremos qué pasa si no nos controlamos y juntos reflexionaremos sobre cómo podemos controlarla.

coladragon


3. Emma enfadosauria. Brain Moses

Emma Enfadosauria se enfada por todo: si no puede ver lo que quiere en la tele, si no gana a los juegos, si sus hermanos reciben algún regalo.

Aveces, incluso, ruge, patalea o golpea alguna puerta. ¿Cómo conseguirá Emma calmarse?

Identifica muy situaciones de la vida cotidiana de los niños y trabaja el autoconocimiento (identificar la emoción, qué la desencadena etc) y a la vez genera una buena resolución de  control de la emoción. Sencillo pero efectivo.

emmaenfado

Actividades post-lectura

1. Me calmo. 
  1. Cierro los ojos y respiro profundamente, centrándome en la respiración (puedo ayudarme contando hasta 10).
  2. Cada vez que soltamos el aire nos imaginamos el globo deshinchándose.
  3. Pensamos en cómo nos sentimos: qué pensamos, qué sentimos y qué estamos haciendo.
  4. Cambiamos los pensamientos que están en nuestra cabeza por pensamientos agradables, aunque tengan que ver con otra cosa. (pensamos en algo que nos gusta, en algo bueno)
  5. Hablamos y explicamos esas sensaciones y pensamientos, sin alterarnos.
  6. Cuando nos sintamos alterados volvemos a respirar con los ojos cerrados.

2. Técnica del Semáforo
La técnica del semáforo es una técnica muy gráfica para aprender autocontrol incluso con los más pequeños, explicaremos a los niños estos sencillos pasos:

  1. Luz roja. Esto significa que, de la manera como se para una persona en un semáforo, la persona se debe estacionar  y comenzar a detectar las señales que me estoy enfadando mucho y que puedo perder el control.
  2. Luz naranja. En este momento se puede entrar en la concientización de manejar los sentimientos, habiendo logrado el control de la emoción que se esté presentando, ya se está frente al descubrimiento del estado de enfurecimiento que se tenga, es decir, se puede determinar la causa de lo que esté sucediendo.
  3. Luz verde. Este estado de La técnica del semáforo indica que el alumno debe pensar en primer lugar cuál es la mejor forma de expresar la emociones que está experimentando en el momento y  a la vez, se necesita saber cuál es la mejor forma de salir de la emoción para retornar a un estado de comportamiento normal.
3. Construimos un frasco de la calma. 

El frasco es un simple bote de cristal o plástico lleno de agua, pegamento y brillantina, que es agitado frente a sus ojos con la intención de desviar su atención hacia los patrones y movimientos del liquido. Acompañando la acción de un tono cordial e instrucciones sobre su respiración, iremos concentrando al niño en el objeto consiguiendo que se calme.

frascobrillantina


Materiales necesarios

  • 1 frasco de plástico transparente con tapa
  • 1 o 2 cucharadas de pegamento con brillantina
  • 3 o 4 cucharaditas de brillantina de color.
  • 1 gota de colorante alimentario.
  • Agua caliente.
  • Champú infantil transparente.
  • Cola caliente

Mezcla todos los ingredientes dentro del tarro dejando un dedo de aire para que el contenido se mueva cuando sea agitado.

El pegamento con brillantina y el champú transparente se usan para que existan fluidos de diferente densidades, y que la brillantina descienda de diferente forma y velocidad.

Cuando el contenido esté listo, pega la tapa  para evitar que se pueda abrir.

4.  Vemos un video y pensamos juntos.

https://youtu.be/qn63c9JgoN8?si=Ox3EGgK8ygt5opHr








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