"De andar silencioso; de presencia casi inadvertida; menudita de cuerpo, por nacer de 7 meses, su vida transcurrió como la de la mayoría de las mujeres de las etnias en México, sin grandes aspiraciones, aprendiendo de las caídas y en la sencillez de la vida en el campo. Su primer acercamiento a los hongos fue cuando era muy pequeña, y de simple casualidad, cuando tenia 7 años estaba cuidando a los chivos de sus abuelos, y tenia tanta hambre que vio los hongos y los comió."
Se la considera una de las curanderas más importantes y conocidas de México debido a su uso tradicional de los hongos alucinógenos, en particular el "hongo sagrado" conocido como teonanácatl.
María Sabina creció en una familia de curanderos y aprendió desde joven a trabajar con las plantas medicinales y los hongos alucinógenos, que utilizaba en sus ceremonias de curación y rituales religiosos. A lo largo de su vida, se convirtió en una figura destacada de la cultura mazateca y atrajo a personas de todo el mundo que buscaban sus conocimientos y habilidades como curandera.
La fama de María Sabina se extendió después de que en 1955 el escritor y antropólogo estadounidense R. Gordon Wasson viajara a México para participar en una de sus ceremonias con hongos sagrados. Wasson escribió sobre su experiencia en un artículo publicado en la revista Life, lo que llevó a una creciente popularidad de los hongos alucinógenos en Occidente y un aumento en el turismo hacia Huautla de Jiménez.
La experiencia vivida por Wasson, fue absolutamente transformadora, la describió como una de las experiencias más profundas de su vida.
Durante la ceremonia, Wasson consumió una preparación de hongos llamada "hierba santa", que contenía el hongo alucinógeno Psilocybe mexicana. Según su relato, los efectos de los hongos se sintieron rápidamente y lo llevaron a un estado de trance profundo, en el que experimentó visiones y alucinaciones vívidas y coloridas.
Wasson describió cómo se sintió transportado a un mundo de belleza y misterio, donde se encontró con seres divinos y se conectó con una fuente de sabiduría y conocimiento espiritual profundo. También informó de una sensación de purificación y sanación física y emocional después de la ceremonia.
Sin embargo, la exposición de María Sabina a la cultura occidental también tuvo efectos negativos. La demanda de hongos alucinógenos llevó a la sobreexplotación de los bosques locales, y la cultura mazateca se enfrentó a la pérdida de sus tradiciones y a la comercialización de sus prácticas espirituales y rituales sagrados.
Además, María Sabina enfrentó persecución por parte de las autoridades mexicanas, que prohibieron el uso de los hongos alucinógenos en 1969 y la acusaron de venderlos a turistas.
A pesar de estos desafíos, María Sabina sigue siendo un icono de la cultura mazateca y una figura importante en la historia de la curación y la espiritualidad en México. Sus conocimientos y prácticas de curación siguen siendo valorados y utilizados por la comunidad mazateca y por aquellos que buscan una conexión más profunda con la naturaleza y el espíritu.
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